Señor aquí estoy, toca mi vida, toca mi corazón, quiero ser sanado, sáname Señor, que quiero estar para Ti, para glorificarte, para anunciar el Evangelio. Porque el leproso no se quedo ahí sino que salió anunciar la buena noticia de Jesús, lo que Jesús había hecho por Él. Así nosotros anunciémosle al mundo todas las cosas bellas que Jesús ha hecho por nosotros. Que Dios nos bendiga y que la Virgencita nos acompañe siempre. Amén.