Dios nos bendiga, hoy es tiempo de transformar, de regresar otra vez al camino de Dios. Con su bendición del Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, Amen.
Que en este domingo y en la semana que le sigue, nos ayudes Señor, a orar y reflexionar en la sabiduría que viene de ti y que veamos en Cristo a nuestro Buen Maestro que nos quiere guiar por el sendero de la vida santa que le agrada a Dios. Que de esta manera hagamos lo que nos pide la aclamación antes del Evangelio: “Iluminen al mundo con la luz del Evangelio reflejada en su vida”.
¡¡¡Amén!!!
Dios de nuestros antepasados y presentes, tu creaste a tu pueblo para que la alianza que hiciste con ellos, continuara hasta el fin de los días; a veces la mezquindad de nuestras acciones debilitan esa alianza o la destruyen, te pedimos engrandezcas nuestro amor para que este amor mutuo no nos guie a proceder con egoísmo e indiferencia. En nombre de Jesús. Amen
Padre bueno, queremos ofrecerte nuestros corazones, acciones, y fe, que compartamos de lo que tenemos y seamos justos con nuestro projimo. Te pedimos que nos des la Fortaleza para sobresalir ante las tentaciones del maligno y no hacer que seamos occasion de tropiezo. Amen. Que tengan una bonita semana. Gracias.
“Padre bueno, lleno de misericordia. Ayúdanos con la efusión de tu Santo Espíritu, a saber, realizar lo que es bueno, evitando, desterrando de nosotros las malas actitudes que nos llevan a las malas obras. Amén.
¡Jesús, tú eres el Mesías! la persona más importantepara mí; Jesús también tendrá una misión maravillosa para nosotros, es lo que deseo a mi y sobre todo a todos ustedes, amen. Muchas gracias.
En aquel tiempo, el Espíritu impulsó a Jesús a retirarse al desierto, donde permaneció cuarenta días y fue tentado por Satanás. Vivió allí entre animales salvajes, y los ángeles le servían.
En aquel tiempo, vio Jesús a un publicano, llamado Leví (Mateo), sentado en su despacho de recaudador de impuestos, y le dijo: “Sígueme”. Él, dejándolo todo, se levantó y lo siguió.
Dios nuestro, que en la Transfiguración gloriosa de tu Hijo unigénito fortaleciste nuestra fe con el testimonio de Moisés y Elías y nos dejaste entrever la gloria que nos espera como hijos tuyos, concédenos seguir el Evangelio de Cristo para compartir con Él la herencia de tu Reino. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día”.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Tengan cuidado de no practicar sus obras de piedad delante de los hombres para que los vean. De lo contrario, no tendrán recompensa con su Padre celestial.
Dándose cuenta de ello, Jesús les dijo: “¿Por qué están comentando que no trajeron panes? ¿Todavía no entienden ni acaban de comprender? ¿Tan embotada está su mente? ¿Para qué tienen ustedes ojos, si no ven, y oídos, si no oyen? ¿No recuerdan cuántos canastos de sobras recogieron, cuando repartí cinco panes entre cinco mil hombres?” Ellos le contestaron: “Doce”. Y añadió: “¿Y cuántos canastos de sobras recogieron cuando repartí siete panes entre cuatro mil?” Le respondieron: “Siete”. Entonces él dijo: “¿Y todavía no acaban de comprender?”
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús los fariseos y se pusieron a discutir con él, y para ponerlo a prueba, le pedían una señal del cielo. Jesús suspiró profundamente y dijo: “¿Por qué esta gente busca una señal? Les aseguro que a esta gente no se le dará ninguna señal”.
Entonces los dejó, se embarcó de nuevo y se fue a la otra orilla.
sino, que somos una sociedad que deja que el tiempo de Jesús o el tiempo de Dios, sea quién ejecute la historia, sea que necesiten nuestra vida y es por eso que muchas veces caemos en una simple religiosidad en conveniencia o una simple fe que está dirigida a un deseo o a un bien propio sino que debemos darnos cuenta de que la fe se extiende y pasa fronteras y es capaz de ir más allá porque en realidad nuestra mirada siempre tiene que estar fija en el cielo, pero los pies bien puestos en la tierra; entonces hermanos, nos queda simplemente a pedirle a Dios que nos ayude a ser cristianos verdaderamente con criterio de fe, de solidez espiritual, para no caer simplemente en el deseo de ver y de vivir experiencias extraordinarias sino de que de lo ordinario se pueda vivir lo extraordinario.
Tenían, además, unos cuantos pescados. Jesús los bendijo también y mandó que los distribuyeran. La gente comió hasta quedar satisfecha, y todavía se recogieron siete canastos de sobras. Eran unos cuatro mil. Jesús los despidió y luego se embarcó con sus discípulos y llegó a la región de Dalmanuta.
Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero cuanto más se lo mandaba, ellos con más insistencia lo proclamaban; y todos estaban asombrados y decían: “¡Qué bien lo hace todo! Hace oír a los sordos y hablar a los mudos”.
Entonces Jesús le contestó: “Anda, vete; por eso que has dicho, el demonio ha salido ya de tu hija”. Al llegar a su casa, la mujer encontró a su hija recostada en la cama, y ya el demonio había salido de ella.
Por eso, si hay paz en tu corazón, hay luz en tu camino, Dios nos bendiga hoy nuestro caminar misionero con el poder el Padre, del Hijo, del Espíritu Santo, amén.
Después añadió: “De veras son ustedes muy hábiles para violar el mandamiento de Dios y conservar su tradición. Porque Moisés dijo: Honra a tu padre y a tu madre. El que maldiga a su padre o a su madre, morirá. Pero ustedes dicen: ‘Si uno dice a su padre o a su madre: Todo aquello con que yo te podría ayudar es corbán (es decir, ofrenda para el templo), ya no puede hacer nada por su padre o por su madre’. Así anulan la palabra de Dios con esa tradición que se han transmitido. Y hacen muchas cosas semejantes a ésta”.
En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos terminaron la travesía del lago y tocaron tierra en Genesaret.
Apenas bajaron de la barca, la gente los reconoció y de toda aquella región acudían a él, a cualquier parte donde sabían que se encontraba, y le llevaban en camillas a los enfermos.
A dondequiera que llegaba, en los poblados, ciudades o caseríos, la gente le ponía a sus enfermos en la calle y le rogaba que por lo menos los dejara tocar la punta de su manto; y cuantos lo tocaban, quedaban curados.
De madrugada, cuando todavía estaba muy oscuro, Jesús se levantó, salió y se fue a un lugar solitario, donde se puso a orar. Simón y sus compañeros lo fueron a buscar, y al encontrarlo, le dijeron: “Todos te andan buscando”. Él les dijo: “Vamos a los pueblos cercanos para predicar también allá el Evangelio, pues para eso he venido”. Y recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando a los demonios.
Confiemos en Jesús, aunque nos pida hacer algo curioso qué nos parece ilógico, dificil nosotros, fuera del alcance de nosotros. Si sientes una llamada de Dios, si descubres una voz, que Jesús te pide hacer algo no esperes,nunca digas que es algo imposible; nunca digas que todo Señor, pero no yo,-así no-. Jesús confía en nosotros, muchas cosas buenas, nos pide muchas tareas,aunque, vivimos los momentos cuando nos falta la fe.
Descubramos la voluntad de Jesús en nuestra vida y siempre obedeciéndole, pongámonos en la tarea, a trabajar, de una vez, sin esperar, amen.
El rey se puso muy triste, pero debido a su juramento y a los convidados, no quiso desairar a la joven, y enseguida mandó a un verdugo que trajera la cabeza de Juan. El verdugo fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una charola, se la entregó a la joven y ella se la entregó a su madre.
Al enterarse de esto, los discípulos de Juan fueron a recoger el cadáver y lo sepultaron.
Y les dijo: “Cuando entren en una casa, quédense en ella hasta que se vayan de ese lugar. Si en alguna parte no los reciben ni los escuchan, al abandonar ese lugar, sacúdanse el polvo de los pies, como una advertencia para ellos”.
Los discípulos se fueron a predicar el arrepentimiento. Expulsaban a los demonios, ungían con aceite a los enfermos y los curaban.
Pero Jesús les dijo: “Todos honran a un profeta, menos los de su tierra, sus parientes y los de su casa”. Y no pudo hacer allí ningún milagro, sólo curó a algunos enfermos imponiéndoles las manos. Y estaba extrañado de la incredulidad de aquella gente. Luego se fue a enseñar en los pueblos vecinos.