Dios Padre celestial, gracias por tu paciencia y misericordia, no queremos llegar al límite de ignorar tu palabra, pedimos tu guía y sostén para percibir el peligro de muerte espiritual, gracias por permanecer en nosotros, te pedimos que por la fuerza del Espíritu Santo nuestra FE no desfallezca. Por Jesucristo nuestro Señor. Amen
Pidamos al Señor que estos dos Santos Pedro, Pablo iluminen y fortalezcan nuestra vida para que podamos seguir, podamos ser buenos hombres, buenas mujeres y que con nuestra vida anunciemos el Evangelio.
Oremos para que el ejemplo de Abraham inspire a todos los servidores, ordenados y laicos, a interceder por el pueblo, a no buscar privilegios de poder, a saber presentarle a Dios las situaciones de su pueblo, y a buscar nuevas oportunidades de arrepentimiento y conversión. Así sea!
Entonces Jesús echó fuera a la gente, y con los padres de la niña y sus acompañantes, entró a donde estaba la niña. La tomó de la mano y le dijo: “¡Talitá, kum!”, que significa: “¡Óyeme, niña, levántate!” La niña, que tenía doce años, se levantó inmediatamente y se puso a caminar. Todos se quedaron asombrados. Jesús les ordenó severamente que no lo dijeran a nadie y les mandó que le dieran de comer a la niña.
En aquel tiempo, al entrar Jesús en Cafarnaúm, se le acercó un oficial romano y le dijo: “Señor, tengo en mi casa un criado que está en cama, paralítico, y sufre mucho”. El le contestó: “Voy a curarlo”.
“Padre nuestro, ayúdanos a tener la fe del leproso del evangelio de hoy, y poder pedirte todos los días que nos sanes de la lepra de la incredulidad, de la autosuficiencia, de la arrogancia, de la vanidad y de la falta de caridad. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
A los ocho días fueron a circuncidar al niño y le querían poner Zacarías, como su padre; pero la madre se opuso, diciéndoles: “No. Su nombre será Juan”. Ellos le decían: “Pero si ninguno de tus parientes se llama así”.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Cuidado con los falsos profetas. Se acercan a ustedes disfrazados de ovejas, pero por dentro son lobos rapaces. Por sus frutos los conocerán. ¿Acaso se recogen uvas de los espinos o higos de los cardos?
Todo árbol bueno da frutos buenos y el árbol malo da frutos malos. Un árbol bueno no puede producir frutos malos y un árbol malo no puede producir frutos buenos. Todo árbol que no produce frutos buenos es cortado y arrojado al fuego. Así que por sus frutos los conocerán”.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No den a los perros las cosas santas ni echen sus perlas a los cerdos, no sea que las pisoteen y después se vuelvan contra ustedes y los despedacen.
Traten a los demás como quieren que ellos los traten a ustedes. En esto se resumen la ley y los profetas.
Entren por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta y amplio el camino que conduce a la perdición, y son muchos los que entran por él. Pero ¡qué estrecha es la puerta y qué angosto el camino que conduce a la vida, y qué pocos son los que lo encuentran!”
Señor Jesús concédenos la sabiduría del Espíritu Santo, para salir siempre al encuentro del otro sin prejuicios ni atropellos amén.
Señor Jesús, Hijo de Dios y Salvador de los hombres, ilumina mi vida con tu luz y dame la gracia de creer en ti, con una fe alegre y gozosa, jubilosa y entusiasta, sean cuales sean las circunstancias de la vida en las que me encuentre. Dame, Señor Jesús, una fe tan grande y tan profunda, que me ayude a superar hoy y siempre, los momentos difíciles que todos tenemos que vivir. Una fe que dé sentido y valor a todas y cada una de mis alegrías y de mis sufrimientos. Amen.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y amará al otro, o bien obedecerá al primero y no hará caso al segundo. En resumen, no pueden ustedes servir a Dios y al dinero.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No acumulen ustedes tesoros en la tierra, donde la polilla y el moho los destruyen, donde los ladrones perforan las paredes y se los roban. Más bien acumulen tesoros en el cielo, donde ni la polilla ni el moho los destruyen, ni hay ladrones que perforen las paredes y se los roben; porque donde está tu tesoro, ahí también está tu corazón.
Tus ojos son la luz de tu cuerpo; de manera que, si tus ojos están sanos, todo tu cuerpo tendrá luz. Pero si tus ojos están enfermos, todo tu cuerpo tendrá oscuridad. Y si lo que en ti debería ser luz, no es más que oscuridad, ¡qué negra no será tu propia oscuridad!”
Padre nuestro, que estás en el cielo,
santificado sea tu nombre,
venga tu Reino,
hágase tu voluntad
en la tierra como en el cielo.
Danos hoy nuestro pan de cada día,
perdona nuestras ofensas,
como también nosotros perdonamos a los que nos ofenden;
no nos dejes caer en tentación
y líbranos del mal.
Hermanos y hermanas estar muy atentos a las intenciones que tenemos cuando hacemos algo, será que yo lo hago esperando la recompensa del otro, sera que yo lo hago simplemente para llenar mi carencia o simplemente porque yo soy vehículo para que el Señor a través de mí fluya y yo pueda llegar a los demás con ese deseo que Dios quiere en nosotros, de que llegue de una forma gratuita, tranquila sin ese aplauso que no es más que para alimentar nuestro propio inclusive narcisismo, a ese Jesus no lo quiere, nos dice, póngase en disposición, abracen a la gente para que todo lo que llegue a través de ustedes llegue de forma gratuita y como un don, hermanos, hermanas tenían ustedes un muy buen día.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Han oído ustedes que se dijo: Ama a tu prójimo y odia a tu enemigo; yo, en cambio, les digo: Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los odian y rueguen por los que los persiguen y calumnian, para que sean hijos de su Padre celestial, que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos.
Porque si ustedes aman a los que los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen eso mismo los publicanos? Y si saludan tan sólo a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen eso mismo los paganos? Ustedes, pues, sean perfectos, como su Padre celestial es perfecto”.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo, diente por diente; pero yo les digo que no hagan resistencia al hombre malo. Si alguno te golpea en la mejilla derecha, preséntale también la izquierda; al que te quiera demandar en juicio para quitarte la túnica, cédele también el manto. Si alguno te obliga a caminar mil pasos en su servicio, camina con él dos mil. Al que te pide, dale; y al que quiere que le prestes, no le vuelvas la espalda”.
Les dijo también: “¿Con qué compararemos el Reino de Dios? ¿Con qué parábola lo podremos representar? Es como una semilla de mostaza que, cuando se siembra, es la más pequeña de las semillas; pero una vez sembrada, crece y se convierte en el mayor de los arbustos y echa ramas tan grandes, que los pájaros pueden anidar a su sombra”.
Y con otras muchas parábolas semejantes les estuvo exponiendo su mensaje, de acuerdo con lo que ellos podían entender. Y no les hablaba sino en parábolas; pero a sus discípulos les explicaba todo en privado.
Hermanos y hermanas roguemos juntos al Señor que nos conceda la fuerza, la sabiduría del Espíritu Santo para saber permanecer fieles aún en las noches oscuras amén.
A nosotros como católicos, nos corresponde agradecer a Dios por esta devoción al Sagrado Corazón de nuestro Señor Jesucristo, que nos revela el amor, la bondad y la misericordia de Dios, y que permanece siempre abierto para nosotros, para refugiarnos en él, vivir en é y descansar en él. Sagrado Corazón de Jesús, en ti confía. Jesús, manso y humilde de corazón, haz mi corazón semejante al tuyo. Amén.
Dios de la justicia, la claridad y el amor. Te pedimos fuerza de voluntad para remover el velo de nuestros ojos para actuar con justicia ante mi propio tribunal, ser liberado y permitir que la gloria del Señor habite en mi tierra, en nuestra tierra. Amen
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “No crean que he venido a abolir la ley o los profetas; no he venido a abolirlos, sino a darles plenitud. Yo les aseguro que antes se acabarán el cielo y la tierra, que deje de cumplirse hasta la más pequeña letra o coma de la ley.
Por lo tanto, el que quebrante uno de estos preceptos menores y enseñe eso a los hombres, será el menor en el Reino de los cielos; pero el que los cumpla y los enseñe, será grande en el Reino de los cielos’’.
Padre misericordioso, ayúdanos con tu gracia y Espíritu Santo, podamos mantener nuestro sabor y luz brillante en beneficio del apostolado al servicio de tu santa iglesia. Por Cristo nuestro Señor. Amen.
Queridos hermanos, pidamos al Señor que Su Santa Presencia en nuestras vidas se vea reflejada en la manera en la que tratamos a aquellos que nos rodean. Pidamos tener un corazón puro, sencillo, y sensible para poder así reconocer—y atender—las necesidades de nuestros hermanos más necesitados. Digamos confiados al Señor: tuyos somos y tuyos queremos ser. Amén.
Santísimo Cuerpo y Sangre de nuestro Señor Jesucristo