Démosle gracias a nuestro Señor por este año que termina, Gracias por todas las buenas y malas experiencias vividas porque hemos notado su presencia enseñándonos o sosteniéndonos con amor y que este año que empieza sea permanentemente compañía de nuestro Señor Jesucristo la de nuestros hogares llena de nuestro Señor con nuestras familias y el mundo entero. En el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
En aquel tiempo, había una profetisa, Ana, hija de Fanuel, de la tribu de Aser. Era una mujer muy anciana. De joven, había vivido siete años casada y tenía ya ochenta y cuatro años de edad. No se apartaba del templo ni de día ni de noche, sirviendo a Dios con ayunos y oraciones. (Cuando José y María entraban en el templo para la presentación del niño,) se acercó Ana, dando gracias a Dios y hablando del niño a todos los que aguardaban la liberación de Israel.
Hermanas y hermanos, Jesús es nuestro salvador que ha venido para salvarnos de esclavitud del pecado. Pero Ha de cumplir todo lo que prescribo por el lay como cualesquiera ciudadanos en aquel tiempo. Pedimos a Dios que nos ayuda cumplir todas nuestras obligaciones como ciudadanos en nuestros pueblos y hacemos nuestras obligaciones espirituales, devociones, fiestas patronales, los días de obligaciones, y misas dominicales, no solamente para cumplir lo que está escrito sino como parte esencial de nuestro estilo de vida, como católicos practicantes… Amen
Después de que los magos partieron de Belén, el ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate, toma al niño y a su madre y huye a Egipto. Quédate allá hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”.
Los padres de Jesús solían ir cada año a Jerusalén para las festividades de la Pascua. Cuando el niño cumplió doce años, fueron a la fiesta, según la costumbre. Pasados aquellos días, se volvieron, pero el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin que sus padres lo supieran. Creyendo que iba en la caravana, hicieron un día de camino; entonces lo buscaron, y al no encontrarlo, regresaron a Jerusalén en su busca.
En el principio ya existía aquel que es la Palabra,
y aquel que es la Palabra estaba con Dios y era Dios.
Ya en el principio él estaba con Dios.
Todas las cosas vinieron a la existencia por él
y sin él nada empezó de cuanto existe.
Él era la vida, y la vida era la luz de los hombres.
La luz brilla en las tinieblas
y las tinieblas no la recibieron.
Señor, al avanzar hacia la víspera de Navidad, recuérdame nuevamente cómo la misericordia es la que domina la manera en que caminas con nosotros. Tú eres eternamente tierno conmigo. Ayúdame a crecer en el conocimiento de Tu misericordia y ternura, que constantemente están trabajando en mi vida. Amen.
Por aquellos días, le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un hijo. Cuando sus vecinos y parientes se enteraron de que el Señor le había manifestado tan grande misericordia, se regocijaron con ella.
“Que la Luz de Tu palabra Señor nos de fuerza para prepararnos a la venida de nuestro Salvador con la practica de las buenas obras, y podamos así, alcanzar el premio de la felicidad eterna. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Que también nosotros aprendamos a compartir nuestras alegrías con los demás, no podemos guardar una alegría, un milagro que Dios hace en nuestra vida solamente para nosotros, esto es para compartir, para dar el testimonio, un buen testimonio alegría, de los milagros que Dios hace en nuestras vidas. Podemos compartir también con otras personas las tristezas, porque no, el Evangelio no nos habla de la tristeza, estamos alegres; pero estamos llamados a cruzar las calles, pasar los cerros como María a buscar a la gente que necesita una gran y nueva noticia del Evangelio, hay mucha gente alrededor de nosotros que lo necesita y también aprendemos de Santa Isabel: recibir una gran noticia del otro, no estar celoso porque a alguien le sale algo bien en la vida, porque Dios hace milagros y yo estoy triste y no me sale nada, que siempre estoy enfermo o enferma; no, compartamos también la alegría con los demás, porque la otra persona que nos viene con el Evangelio, que también quiere decirnos: “Mira, en tu vida también Dios puede hacer muchos milagros.
En aquel tiempo, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen desposada con un varón de la estirpe de David, llamado José. La virgen se llamaba María.
Entró el ángel a donde ella estaba y le dijo: “Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo”. Al oír estas palabras, ella se preocupó mucho y se preguntaba qué querría decir semejante saludo.
En aquellos días, María se encaminó presurosa a un pueblo de las montañas de Judea y, entrando en la casa de Zacarías, saludó a Isabel. En cuanto ésta oyó el saludo de María, la creatura saltó en su seno.
Entonces Isabel quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a verme? Apenas llegó tu saludo a mis oídos, el niño saltó de gozo en mi seno. Dichosa tú, que has creído, porque se cumplirá cuanto te fue anunciado de parte del Señor”.
Cristo vino al mundo de la siguiente manera: Estando María, su madre, desposada con José, y antes de que vivieran juntos, sucedió que ella, por obra del Espíritu Santo, estaba esperando un hijo. José, su esposo, que era hombre justo, no queriendo ponerla en evidencia, pensó dejarla en secreto.
De modo que el total de generaciones, desde Abraham hasta David, es de catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, es de catorce, y desde la deportación a Babilonia hasta Cristo, es de catorce.
En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar a Jesús: “¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?” Cuando llegaron a donde estaba Jesús, le dijeron: “Juan el Bautista nos ha mandado a preguntarte si eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro”.
En aquel momento, Jesús curó a muchos de varias enfermedades y dolencias y de espíritus malignos, y a muchos ciegos les concedió la vista. Después contestó a los enviados: “Vayan a contarle a Juan lo que han visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Dichoso el que no se escandalice de mí”.
Con el salmo de este día: El Señor escucha el clamor de los pobres. Bendeciré al Señor a todas horas, no cesara mi boca de alabarlo. Te alabamos y te damos gracias, Señor Todopoderoso. Amen
En aquellos días, mientras Jesús enseñaba en el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes y los ancianos del pueblo y le preguntaron: “¿Con qué derecho haces todas estas cosas? ¿Quién te ha dado semejante autoridad?”
En aquel tiempo, la gente le preguntaba a Juan el Bautista: “¿Qué debemos hacer?” Él contestó: “Quien tenga dos túnicas, que dé una al que no tiene ninguna, y quien tenga comida, que haga lo mismo”.
En aquel tiempo, los discípulos le preguntaron a Jesús: “¿Por qué dicen los escribas que primero tiene que venir Elías?”
Él les respondió: “Ciertamente Elías ha de venir y lo pondrá todo en orden. Es más, yo les aseguro a ustedes que Elías ha venido ya, pero no lo reconocieron e hicieron con él cuanto les vino en gana. Del mismo modo, el Hijo del hombre va a padecer a manos de ellos”.
Entonces entendieron los discípulos que les hablaba de Juan el Bautista.
pidámosle siempre a Nuestra Madre celestial, la Virgen María que ruegue por nosotros ya Nuestro Señor que nos bendiga con su amor y sabiduría en el nombre del Padre del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Pedimos al Señor Jesús que nos perdone nuestros pecados, de vicios, borracheras, fornicación, gula, el orgullo, robos, mentiras, celos, pleitos y malos pensamientos paraqué tengamos un corazón limpio y una mente sana para celebrar una vez más con gozo y alegría el nacimiento de mesías, nuestro salvador que nos trae una paz y alegría en nuestro corazón. Amen
The angel Gabriel was sent from God
to a town of Galilee called Nazareth,
to a virgin betrothed to a man named Joseph,
of the house of David,
and the virgin’s name was Mary.
And coming to her, he said,
“Hail, full of grace! The Lord is with you.”
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le pierde una, ¿acaso no deja las noventa y nueve en los montes, y se va a buscar a la que se le perdió? Y si llega a encontrarla, les aseguro que se alegrará más por ella que por las noventa y nueve que no se le perdieron. De igual modo, el Padre celestial no quiere que se pierda uno solo de estos pequeños”.
“Escucha, Señor, nuestras plegarias y ayúdanos a prepararnos a celebrar con verdadera fe y pureza de corazón el gran misterio de la encarnación de tu Hijo, que vive y reina contigo en la unidad del Espíritu Santo y es Dios por los siglos de los siglos. Amén.