Pidamos pues a él que nos dé esa gracia de acercarnos y apasionarnos por su palabra, de escudriñarla, de rumiarla y que desee allí podamos acercarnos a la santa eucaristía, al banquete de la vida para con los hermanos celebrar esa gracia, ese amor, esa misericordia de Dios y así mantener nuestro corazón inclinando permanentemente hacia él amén, feliz día para todos.