Muchas veces nosotros ofendemos a las personas, pero tenemos es que callar para así aceptar a todos con las diferencias que tiene cada ser humano. Señor ayúdanos a seguir los pasos de María en este hágase, en este hágase tuyo cuando en el Getsemaní te pediste a tu Padre – no se haga mi voluntad, sino la tuya. Amén.