Señor Jesús, Camino, Verdad y Vida, te doy gracias por encarnarte en la Virgen María, tu dulce y santa Madre, para convivir con nosotros. Tu eres el mensaje vivo del amor de Dios. Enséñame a leer tu Palabra con disponibilidad y humildad, y con la luz de tu Espíritu Santo, para conocerte más, amarte más y compartir tu mensaje con los demás. Que no quede yo confundido o confundida por leer tu Palabra con un corazón apegado al mundo y a mi conveniencia pasajera. Ayúdame a creer en ti, y a esperar en ti, sabiendo que tú nunca me defraudas, y que todas tus promesas se cumplirán. Amén.