Los bienes de la tierra deben ser puestos al servicio de la unidad familiar, del amor y de la justicia entre los hombres, pero no debemos esclavizarnos a ellos. Ya que como nos dice el apóstol San Pablo:
“Dios nos eligió desde antes de la creación del mundo, para andar y estar en su presencia sin culpa ni mancha.” Que Así Sea. Amen.