Gracias a Jesús por llamarnos, gracias a ustedes por escuchar la llamada de Cristo y compartir el amor y la presencia de Dios en este mundo.
Que Dios nos conceda, la gracia de ser portadores de su amor, de su paz y de su alegría para todos los pueblos. Que nos conceda tener un especial cuidado de los pobres, para ayudarlos a vivir conforme a la dignidad que todos tenemos de hijos de Dios.
Padre de bondad, justo y misericordioso, envía tu Espíritu a nuestros corazones para que con un corazón humilde y agradecido queramos siempre hacer tu voluntad. Sana, transforma y renueva nuestras vidas día tras día, y libéranos de la soberbia, la envidia y la avaricia. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
La cruz y salvación no es un sueño, una imaginación, es real, Jesús lo comparte con sus discípulos, lo muestra con su vida, con su muerte y resurrección.
Después les dijo: “Es necesario que el Hijo del hombre sufra mucho, que sea rechazado por los ancianos, los sumos sacerdotes y los escribas, que sea entregado a la muerte y que resucite al tercer día”.
Señor, ayúdanos a no ver la vida como algo monótono y sin sentido, sino como la oportunidad de edificar contigo tu Reino eterno. Amén.
La pregunta que debe llamar nuestra atención en la actualidad es ¿cómo recibo al mensajero que me trae la palabra de Dios? Recordemos que Rechazar al mensajero es rechazar el mensaje. Y el que lo recibe no esta lejos del Reino de los cielos. Un Bendecido día para todos.
Cerremos esta reflexión con el Salmo del día de hoy: “Enseñame, Señor, a cumplir tu voluntad. Dichoso el hombre de conducta intachable, que cumple la ley del Señor. Dame nueva luz para conocer tu ley y para meditar las maravillas de tu amor. Enseñame, Señor, a cumplir tu voluntad. He escogido el camino de la lealtad a tu voluntad y a tus mandamientos. Enséñame a cumplir tu voluntad y a guardarla de todo corazón. Enseñame, Señor, a cumplir tu voluntad. Guíame por la senda de tu ley, que es lo que quiero. Cumplir tu voluntad sin cesar y para siempre.
La pregunta que debe llamar nuestra atención en la actualidad es ¿cómo recibo al mensajero que me trae la palabra de Dios? Recordemos que Rechazar al mensajero es rechazar el mensaje. Y el que lo recibe no esta lejos del Reino de los cielos. Un Bendecido día para todos.
Somos invitados a trabajar en la viña del senior todos los días y en toda parte donde estemos, aceptamos todos los que Dios nos ha dado y le agradecemos asiduamente, o reclamamos a Dios por los muchos que hacemos sin ver la recompensa. Senior ayúdanos a construir su reino en este mundo; en manera que actuemos con prudencia y justicia, hablar con sabiduría, escuchar con entendimiento y comprensión, amar con todo el corazón, y gozar la vida en el Espíritu del Señor por los siglos de los siglos…. amen
La parábola significa esto: la semilla es la palabra de Dios. Lo que cayó en el camino representa a los que escuchan la palabra, pero luego viene el diablo y se la lleva de sus corazones, para que no crean ni se salven. Lo que cayó en terreno pedregoso representa a los que, al escuchar la palabra, la reciben con alegría, pero no tienen raíz; son los que por algún tiempo creen, pero en el momento de la prueba, fallan. Lo que cayó entre espinos representa a los que escuchan la palabra, pero con los afanes, riquezas y placeres de la vida, se van ahogando y no dan fruto. Lo que cayó en tierra buena representa a los que escuchan la palabra, la conservan en un corazón bueno y bien dispuesto, y dan fruto por su constancia’’.
O Dios de la vida, recibe a nuestros seres queridos en tu Reino eterno y concédenos la esperanza de que nosotros también resucitaremos a la vida nueva con Jesucristo nuestro Señor. Amén.
Los invitados empezaron a preguntarse a sí mismos: “¿Quién es éste que hasta los pecados perdona?” Jesús le dijo a la mujer: “Tu fe te ha salvado; vete en paz”.
‘Tocamos la flauta y no han bailado,
cantamos canciones tristes y no han llorado’.
Al ver a su madre y junto a ella al discípulo que tanto quería, Jesús dijo a su madre: “Mujer, ahí está tu hijo”. Luego dijo al discípulo: “Ahí está tu madre”. Y desde entonces el discípulo se la llevó a vivir con él.
“Oh Dios, Tu deseaste que tu Hijo Unigénito sufriera la crucifixión para traer la salvación a la humanidad. Concédenos que nosotros, que hemos conocido su misterio en la tierra, merezcamos cosechar las recompensas de la redención en el cielo”. Amén.
Roguemos al Señor que nos conceda la gracia de perdonar a los demás y perdonarse. Amen.
Señor Jesús, un discipulado maduro es costoso. Los cristianos hoy enfrentamos muchas tormentas. Sin una base firme estamos en peligro de ser arrastrados por la cultura. Tú me buscas y me conoces, por tanto, concédeme la sabiduría y la fuerza para oír tu palabra y vivir de acuerdo con tu verdad. Tú eres mi único fundamento seguro en momentos de angustia y agitación. Amen.
Amado Padre, mantiene en nosotros viva la llama de Tu Amor. Crea en nostros el deseo de conocerte más y las ansias de proclamar cuan grande es Tu Nombre. Encamina nuestras vidas para que todo lo que nuestros labios proclamen sea lo que Tu quieras que proclamemos. Tuyos somos… y tuyos queremos ser. Amén
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Amen a sus enemigos, hagan el bien a los que los aborrecen, bendigan a quienes los maldicen y oren por quienes los difaman. Al que te golpee en una mejilla, preséntale la otra; al que te quite el manto, déjalo llevarse también la túnica. Al que te pida, dale; y al que se lleve lo tuyo, no se lo reclames.
Señor, Jesús, por la intercesión de san Pedro Claver, que supo servir a los pobres y esclavos con un corazón desapegado este mundo, enséñanos por tu Santo Espíritu a predicar la Buena Nueva del Reino y a tender a los necesitados que están a nuestro alcance. Amén.
Oremos con el Salmo de este día: Dichosa tú, Santísima Virgen Maria, y digna de toda alabanza, porque de ti nació el sol de justicia, Jesucristo, nuestro Dios. Amen
Entonces Jesús les dijo: “Les voy a hacer una pregunta: ¿Qué es lo que está permitido hacer en sábado: el bien o el mal, salvar una vida o acabar con ella?” Y después de recorrer con la vista a todos los presentes, le dijo al hombre: “Extiende la mano”. El la extendió y quedó curado.
Padre Santo, tú eres Dios de misericordia y clemencia y deseas la conversión y la vida de todos tus hijos. Infunde en nuestros corazones un espíritu de reconciliación para que juntos andamos en el camino de Jesús, nuestro Buen Pastor. Amén.
Concédenos, Señor, usar nuestra dignidad de hijos tuyos para vivir agradecidos y servir con humildad a los hermanos que nos encontremos hoy. Amén.