Dios y Señor nuestro, que con tu amor hacia los hombres quisiste que san Bonifacio anunciara a los pueblos la riqueza insondable que es Cristo, concédenos, por su intercesión, crecer en el conocimiento del misterio de Cristo y vivir siempre según las enseñanzas del Evangelio, fructificando con toda clase de buenas obras. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo. Amen.
Jesús, hijo de David, Rey de reyes y Señor de señores, ven y reina en mi corazón. No siempre te reconozco como mi Dios y Señor. A veces te hago a un lado para reinar yo en vez de ti. Ayúdame a reconocer que u te mereces un lugar especial en mi vida, que nada ni nadie más puede remplazar. Amén.
Que las enseñanzas de estas lecturas nos dispongan, Señor, a escucharte hoy ya que nos hablas de muchas maneras y has que te sirvamos en el amor al prójimo. Amén.
Queridos hermanos, preparemos nuestras vidas en este mundo para resucitar luego en la vida eterna espritual. Aprovechemos cada segundo que se nos regala ahora para acercarnos más a Dios, a Nuestro Amado Creador. Aprovechemos el día de hoy para llevar alegría a la casa de un amigo, escuchar las historias de vida de algún anciano, darle una caricia a nuestros hijos, decirle un “te amo” a nuestro esposo o esposa, detenernos a escuchar el sonido hermoso de la naturaleza, abrazar a nuestros padres… en nuestros días encontraremos MUCHÍSIMAS oportunidades de hacer acciones que nos llenarán de felicidad en esta vida, y que nos den la esperanza de llegar algún día a compartir nuestra eternidad con Cristo Resucitado! –Señor, tuyos somos y tuyos queremos ser. Amén-
Por eso pidamos al Señor que sea Él el que nos ilumine, nos fortalezca y nos dé la sabiduría necesaria para vivir como Éll quiere, como Él nos manda amén.