Señor, Ven, escucha el clamor de mi alma y ven pronto a socorrerme. Ven Señor, abre mis ojos, abre los oídos de mi alma, abre todo mi entendimiento y sana todas mis heridas y aflicciones. ¡Ven, Hijo de David, ven! Ayúdame, Dios mío, a confiar siempre en tu poder, a transitar con fe esos caminos difíciles de caminar; a que, por medio de tu compasión, pueda dejar atrás mis sufrimientos y recobrar la visión clara de tu amor y santidad. Amen.