Oro a Dios para que todos los pensamientos que ustedes tengan, todos los proyectos, todas las metas y todos los propósitos estén dirigidos al de nuestro Dios Padre celestial, que toda la honra y toda la gloria sea para Él. En el nombre de Cristo Jesús declaramos bendiciones sobre cada uno de ustedes. Que el propósito de Dios reine entonces en nosotros. Gracias, amén.
Padre Misericordioso, te pedimos por todos aquellos en nuestras vidas que nos han lastimado, ofendido, y humillado. Te pedimos por su conversión. Pero tambien te pedimos por la nuestra. Para que de manera especial nos ayudes a perdonarles como tu nos has perdonado. Te lo pedimos por nuestro Señor Jesucristo, Amen.
Por eso en el Evangelio Jesús nos dice que Yo estaré con ustedes… hay que creerle a Jesús, no solamente leer la palabra, sino también creer la palabra y vivir la palabra.
María, Madre Mia, no te has olvidado de tus hijos en la tierra, has venido una y otra vez para recordarnos del gran amor de tu Hijo. Amén.
Dios del poder y la gloria, honor a ti por los mandamientos que nos dejaste, alabanza a tu hijo que se nos entrega en cada Eucaristía; te pedimos luz y paz para el mundo desorientado de hoy; gracias por la oportunidad de ver la luz del día esta mañana, y bendice a aquellos que tienen algún impedimento físico. Te lo pedimos en nombre de Jesús tu amoroso hijo. Amen
....Gracias Señor, por haberme salvado de las tormentas de mi vida, y por haberme bendecido con la calma de tu suave y grande misericordia. Amen.
...Gracias Señor, por haberme salvado de las tormentas de mi vida, y por haberme bendecido con la calma de tu suave y grande misericordia. Amen.
“¿De qué le serviría a uno ganar el mundo entero si se destruye a sí mismo? ¿Qué dará para rescatarse a sí mismo?” (Mateo 16, 26)
Que nuestro compromiso de Fe sea suficientemente fuerte para asumir los retos y desafíos que se presentan en el cada día cuando anunciamos el Reino de Dios y proclamamos el evangelio con una actitud de fidelidad y valentía a ejemplo de San Lorenzo y del mismo Jesucristo que vive y reina por los siglos de los siglos. Amen.
Padre Celestial te pedimos nos ayudes a no hacer diferencia en ninguno de nuestros hermanos y así podamos servir, a todo el que Tú nos pones en nuestro camino. Por Jesucristo Nuestro Señor. AMEN
"¡Es un fantasma!" Y daban gritos de terror. Pero Jesús les dijo enseguida: "Tranquilícense y no teman. Soy yo.” (Mt. 14, 22-27).
Padre celestial quiero que cada día nosotros, nuestros hermanos sigamos tus enseñanzas las que nos dejaste en medio de la Eucaristía pare que cada día tengamos el conocimiento de que tu Eucaristía es la gran herencia que nos dejaste aquí en la tierra para que cada día crezcamos como hermanos y como amigos. Que esta Palabra que hoy tenemos acreciente día a día en nuestro corazón. Amén.
BENDITO Y ALABADO SEAS TU SEÑOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA. GLORIA A TI POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS, AMEN
Que te alaben, Señor, todo los pueblos.
Padre del cielo, por tu infinita misericordia, tu gracia y la luz de tu Espíritu Santo guíanos en nuestras obras diarias, y permite Señor que seamos siempre trigo que se convierta en pan espiritual para los demás, y no cizaña que cause daño. Por Cristo nuestro Señor Amen.
Me uno mi voz con la Aclamación antes del Evangelio cuando oro: "Abre nuestros corazones, Señor, para escuchar las palabras de tu Hijo". Amen
Que todos seamos como Jesús, que proclamemos su Evangelio, para que busquemos el tesoro que Él nos dejó en la tierra. Señor te doy gracias, porque por medio de este tesoro podemos encontrar el tesoro eterno en el cielo.
Padre del cielo, por tu infinita misericordia, tu gracia y la luz de tu Espíritu Santo guíanos en nuestras obras diarias, y permite Señor que seamos siempre trigo que se convierta en pan espiritual para los demás, y no cizaña que cause daño. Por Cristo nuestro Señor Amen.
Padre Misericordioso ayúdanos a saber pedir perdón cuando ofendemos a alguien y así también a perdonar, aun cuando el que nos ofendió no nos pida perdón.
Perdona, Señor, las culpas de tu pueblo.
Padre mío te invito a entrar en mi corazón y corregir mi comportamiento y mis actitudes. Ayúdame a orar antes de hacer cualquier cosa para que en todo lo que hago traeré honor a tu nombre. Amén.
Padre Misericordioso, tú me conoces, tú me tejiste en el seno de mi madre. Te ruego que apartes de me la ceguera espiritual, que me permitas escuchar el mensaje de tu salvación para que tu palabra siempre me conduzca a la conversión y a la sanación. No permitas que me corazón se endurezca. Te lo pedimos por tu hijo amado, nuestro Señor Jesucristo, Amen.
Pidamos este mensajero, quien nos manda siempre sus palabras y obras a través estos mayores, también pidamos a Dios para que nos ayude para vivir estos mensajes y también ponerlo en practica en cada momento de nuestras vidas, a través nuestras palabras, acciones y también transmitir este mensaje a los demás quien lo necesite. Que Dios nos concede en este momento, en este día este don, amen.