Pidamos al Señor que como San Bartolomé, apóstol, nosotros también tengamos un carácter firme y valiente para dejarnos interpelar por Cristo y para responderle con valentía y firmeza. Que nos mantengamos firmes en la confesión de la fe en un testimonio incansable de evangelización, en el servicio a los pobres y necesitados. Amén.