La conversión es un proceso paulatino en el que Cristo se va trasparentando en la vida del hombre. Estas son las condiciones para la santidad y para ser verdaderamente felices en el amor de Dios.
Que sea el mismo Jesús invitándonos a meditar su palabra su mensaje. Que podamos repítelas en nuestro corazón y mira qué efecto producen, pues, ¿de qué le sirve al hombre ganar el mundo, si no se realiza en él este plan amoroso de Dios?