La vida nos enseñó muy efectivamente en el 2020 que muchas veces ponemos nuestras prioridades en el lugar equivocado… y que lo más importante que realmente tenemos en nuestras vidas es nuestra familia, nuestros amigos, nuestros seres queridos… y el Rostro de Jesús reflejado en ellos! Cuando nuestra vida espiritual está en harmonia con la vida que vivimos a diario—despertarnos, caminar, dar un abrazo, llamar a un ser querido, sonreir a nuestros niños, orar… todas estas cosas cotidianas las podemos hacer con verdadera alegría y agradecimiento a Aquel que nos da la posibilidad de vivirlas. Así que, queridos hermanos, que la vida nos encuentre siempre escuchando la voz de Juan el Bautista cuando dice ‘enderecen el camino del Señor’… que estamos haciendo hoy – y que planeamos hacer en este 2021 – para enderesar nuestras vidas –un poco más- en el camino del Señor?
Señor Jesucristo, tuyos somos y tuyos queremos ser. Amén.