Animados por esta riqueza de la Palabra, oremos con las palabras del salmo de hoy: Señor, tú eres mi Dios, a ti te busco; de ti sedienta está mi alma. Señor, todo mi ser te añora como el suelo reseco añora del agua. Para admirar tu gloria y tu poder, con este afán te busco en tu santuario. Amén.