Hoy también, hay muchos males que son mayores que nuestra capacidad de enfrentarlos: violencia, hambre, drogas, guerra, falta de empleo, división familiar. Pidamos al Dios de la Vida que nos de la fortaleza para que nuestra fe y acción sean un aporte a trasformar estas realidades del mal y que poco a poco nuestros compromisos por el Reino sean capaces de seguir aportando en la construcción de un mundo más justo y humano. Amén.