Mis hermanos y hermanas, dirijámonos a nuestro Señor Jesucristo con una oración para terminar nuestra reflexión: Señor Jesús, tu que viniste al mundo para revelar el amor incondicional de Dios a nosotros los hombres, ayúdanos a conocerte más cada día, como tus discípulos, para saber expresar siempre con un corazón lleno de amor por ti, que tú eres el Mesías; el Hijo del Dios vivo. Amén