Hermanos y hermanas, concluyamos nuestra reflexión con una pequeña oración: Señor Jesús, gracias por venir al mundo para salvarnos. Dirige nuestros pasos por el buen camino. Por el camino del Buen Sembrador, ese que no se cansa de trabajar para el Reino de Dios, para cosechar frutos abundantes para la Gloria de Dios y la salvación de los hombres. Amén.