oremos juntos para concluir esta pequeña reflexión y ponerla en manos de Dios: Dios, Padre de bondad, ayúdanos a acercarnos más a ti, con tal de contagiarnos de tu amor y compartirlo con los demás. Renueva en este día el sacramento de nuestro bautismo y haznos conscientes de la responsabilidad de propagar la alegría de tu Evangelio a través de nuestras obras y palabras, con el fin de que quienes no te conocen, te conozcan y crean en tus promesas. Amén.