Padre de misericordia, derrama la luz de tu Santo Espíritu sobre nuestras mentes y nuestros corazones, y ayúdanos a no dejarnos engañar por esos lobos con piel de ovejas que se nos presentan en el camino, y que más que acercarnos a ti nos alejan de la verdadera fuente de vida que tu Padre del cielo nos das por medio de la celebración valida de los Sacramentos de nuestra iglesia y en nuestra iglesia. Por Cristo nuestro Señor. Amén.