Padre del cielo, ayúdanos a saber cómo agradarte, como servirte, por medio del amor y la misericordia con los demás, y no tratando de imponerles nuestras ideas muchas veces opresoras, convirtiendo así nuestro servicio a ti y a tu iglesia en puro precepto humano y rutina. Por Cristo nuestro Señor. Amén.