sino, que somos una sociedad que deja que el tiempo de Jesús o el tiempo de Dios, sea quién ejecute la historia, sea que necesiten nuestra vida y es por eso que muchas veces caemos en una simple religiosidad en conveniencia o una simple fe que está dirigida a un deseo o a un bien propio sino que debemos darnos cuenta de que la fe se extiende y pasa fronteras y es capaz de ir más allá porque en realidad nuestra mirada siempre tiene que estar fija en el cielo, pero los pies bien puestos en la tierra; entonces hermanos, nos queda simplemente a pedirle a Dios que nos ayude a ser cristianos verdaderamente con criterio de fe, de solidez espiritual, para no caer simplemente en el deseo de ver y de vivir experiencias extraordinarias sino de que de lo ordinario se pueda vivir lo extraordinario.