Entonces, así como el ciego nosotros podemos llegar también a ver muy bien, pero si nos dejamos guiar por el Señor. Por esto démosle gracias al Señor por esto y pidámosle que nos ayude a que cada día nuestra conversión sea mejor. Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo. Como era en el principio, ahora y siempre por los siglos de los siglos. Amén.