Un sábado, Jesús entró en la sinagoga y se puso a enseñar. Había allí un hombre que tenía la mano derecha paralizada. Los escribas y fariseos estaban acechando a Jesús para ver si curaba en sábado y tener así de qué acusarlo.
Ayúdanos, Señor, a estar más cerca de ti, a escuchar tu mensaje con toda la certeza y claridad, y sobre todo a tener más fe en ti. Amén.
Aprendamos de Jesús, a ser más humanos, misericordiosos, para que de esta manera podamos ir construyendo un mundo de hermanos y hermanas donde todos podamos participar del reino, un reino que, de paz, alegría, y no de opresión. Amen
Jesús les contestó: “¿Acaso pueden ustedes obligar a los invitados a una boda a que ayunen, mientras el esposo está con ellos? Vendrá un día en que les quiten al esposo, y entonces sí ayunarán”.
Entonces Jesús le dijo a Simón: “No temas; desde ahora serás pescador de hombres”. Luego llevaron las barcas a tierra, y dejándolo todo, lo siguieron.