En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Velen y estén preparados, porque no saben qué día va a venir su Señor. Tengan por cierto que si un padre de familia supiera a qué hora va a venir el ladrón, estaría vigilando y no dejaría que se le metiera por un boquete en su casa. También ustedes estén preparados, porque a la hora en que menos lo piensen, vendrá el Hijo del hombre.
Pidámosle al Señor en este día, que podamos caminar siendo cada vez más coherentes, más integró, más respetuoso más amables y que inspiramos amor a las personas con las que nos encontramos.
¡Ay de ustedes, escribas y fariseos hipócritas, que limpian por fuera los vasos y los platos, mientras que por dentro siguen sucios con su rapacidad y codicia! ¡Fariseo ciego!, limpia primero por dentro el vaso y así quedará también limpio por fuera’’.
En aquel tiempo, Felipe se encontró con Natanael y le dijo: “Hemos encontrado a aquel de quien escribió Moisés en la ley y también los profetas. Es Jesús de Nazaret, el hijo de José”. Natanael replicó: “¿Acaso puede salir de Nazaret algo bueno?” Felipe le contestó: “Ven y lo verás”.
Podemos preguntarnos la misma pregunta del evangelio: "¿Quién es Jesús para mí?" ¿Cuál es el significado de Jesús en mi vida? ¿Cómo puedo vivir la fe en Jesús con mis hermanos y hermanas?
Mis hermanos y hermanas, concluyamos esta reflexión con esta pequeña oración a Jesús. Repite conmigo: “O, Jesús, manso y humilde, haz mi corazón semejante al tuyo. Amén.”
“Oh Dios, para preservar la fe católica y renovar todas las cosas en Cristo, Tu llenaste al Papa San Pio X con sabiduría celestial apostólica fortaleza. Concédenos que podamos seguir su dirección y ejemplo y vernos recompensados con la vida eterna contigo. Amén.
“El Reino de los cielos es semejante a un rey que preparó un banquete de bodas para su hijo. Mandó a sus criados que llamaran a los invitados, pero éstos no quisieron ir.
Señor Jesús, haz que tu reino venga a nuestro mundo, tan lleno de injusticias y tensiones. No me enorgullece sentir envidia y resentimiento de los demás, ayúdame a confiar en tu generosidad y misericordia, a confiar en que no me pedirás más de lo que puedo dar, y en que todo lo que me suceda pueda sentir el amor que me tienes. Amen.
Tú eres Señor, Poderoso y Soberano, no permitas que nosotros nos creamos absolutos y poderosos al punto de ignorarte y oprimir a los demás. Haznos ver que la meta es el Reino de Dios y su Justicia y que debemos ganarlo en el servicio y la compasión. Amén.
Jesús le dijo: No matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no levantarás falso testimonio, honra a tu padre y a tu madre, ama a tu prójimo como a ti mismo.
Pidámosle al Señor, que así como el acogió la súplica de esta mujer que provenía de la gentilidad, nosotros seamos también capaces de acoger aquellos que no cuentan para la Sociedad
Entonces dijo María:
“Mi alma glorifica al Señor
y mi espíritu se llena de júbilo en Dios, mi salvador,
porque puso sus ojos en la humildad de su esclava.
“El Señor es mi Dios y salvador. con él estoy seguro y nada temo. El Señor es mi protección y mi fuerza y ha sido mi salvación. El Señor es mi Dios y salvador. Den gracias al Señor e invoquen su nombre, cuenten a los pueblos sus hazañas,
proclamen que su nombre es sublime.Griten jubilosos, habitantes de Sión, Porque el Dios de Isarel ha sido grande con nosotros. El Señor es mi Dios y salvador.” (Salmo Responsorial: Isaías 12, 2-3. 4bcd. 5-6) Amén
En aquel tiempo, Pedro se acercó a Jesús y le preguntó: “Si mi hermano me ofende, ¿cuántas veces tengo que perdonarlo? ¿Hasta siete veces?” Jesús le contestó: “No sólo hasta siete, sino hasta setenta veces siete”.
Señor Jesús, te pedimos por todos nosotros durante este tiempo de pandemia para que Dios Padre nos dé la gracia de reconocer su presencia en nuestra vida cotidiana, y de conocerlo como nuestro compañero constante en tiempos de soledad, nuestra alegría en tiempos de sufrimiento y nuestra esperanza segura en tiempos de incertidumbre. Amen.
Pidámosle al Señor nos ayude a tener un espíritu de niños, para no guardar rencor en nuestro corazón, para ser felices a pesar de todas las circunstancias que estén ocurriendo, pero ante todo, para siempre estar bajo la protección de Él
El que quiera servirme que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre.
Señor, es difícil mantener nuestra fe, especialmente cuando tenemos dificultades serias. Haz que tu Palabra nos cimente en ti para que no temamos a nada y tengamos siempre la fe y la certeza de que tú nos acompañas y nos salvas siempre que acudimos a ti. Amén.
Padre lleno de bondad, te damos gracias por tu Hijo, Jesucristo, a quien enviaste al mundo para salvarnos. Gracias también por el don de la fe, que nos permite mantenernos firmes en la esperanza de tus promesas. Amén.
“Tu gracia, Señor, inspire nuestras acciones, las sostenga y acompañe, para que todo nuestro trabajo brote de ti, como una fuente, y a ti tienda, como a su fin. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo. Amén.
Que la palabra de los profetas, Señor sean lámparas que iluminen la oscuridad de nuestro mundo. Ayúdanos a escuchar a tu Hijo Amado para que en Él tengamos la Vida que llena de esperanza a todos los que padecen y sufren sin entender por qué. Amén.
Pidámosle al Señor que este encuentro con Él, por medio de su palabra nos abra el corazón, aclare nuestra mirada y despeje nuestros oídos, que en este diálogo, podamos descubrir su mirada, su mirada misericordiosa, que nos devuelve la dignidad de ser hijos de Dios
“Tranquilícense y no teman. Soy yo”.
Señor Jesús, enséñame a tener confianza plena en Ti. Enséñame a tener confianza en los momentos difíciles de la vida, sabiendo que estás siempre junto a mí, sabiendo que siempre tienes Tus Manos Sagradas extendidas para tomar las mías. Consérvame SIEMPRE junto a Ti… no permitas que me aleje ni un segundo de Tu presencia.