Dios, Padre, bueno y misericordioso, te pedimos que aumentes en nosotros el agradecimiento por tantas bendiciones y beneficios que nos has dado, especialmente el don de Tu Hijo para nuestra salvación. Ayúdanos, Señor, a descubrir la grandeza de tu amor y a aceptar Tu invitación a todo lo que nos lleva al Cielo. Te lo pedimos por tu Hijo Jesucristo. Amén.
La enseñanza del Señor va en sentido contrario de lo que nos muestra el mundo, nosotros tratamos de agradar a los que nos pueden devolver el favor, hoy esta llamada es radical, no conseguir un padrino por el prestigio o dinero que este nos pueda ofrecer, no hacer algo esperando a cambio, sino más bien, acumular tesoros en donde no se corroe
Que te alaben, Señor, todas tus obras y que todos tus fieles te bendigan. Dios y rey mío, yo te alabaré, bendeciré tu nombre siempre y para siempre. Amén.
Jesús, me doy cuenta que el ideal de cumplir siempre tu voluntad no es fácil. El orgullo, la pereza espiritual o el miedo son obstáculos que necesito vencer, pero frecuentemente olvido que sólo tu gracia podrá lograr esa transformación de mi egoísmo y soberbia, en amor a Ti y a los demás. Nunca permitas que me aparte de la fuente de esa gracia: Tu Eucaristía. Por Jesucristo nuestro Señor, AMEN
agradezcamos a Dios por permitirnos ser felices y ser felices con su seguimiento; la invitación de Jesús es a que seamos Santos y desde la santidad poder ser ese reflejo del amor de Dios aquí en la tierra. Amén.