BENDITO Y ALABADO SEAS TU SEÑOR DEL CIELO Y DE LA TIERRA. GLORIA A TI POR LOS SIGLOS DE LOS SIGLOS, AMEN
Que te alaben, Señor, todo los pueblos.
Padre del cielo, por tu infinita misericordia, tu gracia y la luz de tu Espíritu Santo guíanos en nuestras obras diarias, y permite Señor que seamos siempre trigo que se convierta en pan espiritual para los demás, y no cizaña que cause daño. Por Cristo nuestro Señor Amen.
Me uno mi voz con la Aclamación antes del Evangelio cuando oro: "Abre nuestros corazones, Señor, para escuchar las palabras de tu Hijo". Amen
Que todos seamos como Jesús, que proclamemos su Evangelio, para que busquemos el tesoro que Él nos dejó en la tierra. Señor te doy gracias, porque por medio de este tesoro podemos encontrar el tesoro eterno en el cielo.
Padre del cielo, por tu infinita misericordia, tu gracia y la luz de tu Espíritu Santo guíanos en nuestras obras diarias, y permite Señor que seamos siempre trigo que se convierta en pan espiritual para los demás, y no cizaña que cause daño. Por Cristo nuestro Señor Amen.