Señor denos en este tiempo de adviento ojos abiertos para ver tu luz, corazones abiertos para recibir tu misericordia, y vidas abiertas a recibir la alegría de saber que tú eres nuestro Mesías que ha venido al mundo para darnos la salvación. Amen.
Señor, concédeme, déjame poner toda mi fe en ti, sabiendo que eres confiable y que siempre puedo contar contigo. Estoy muy feliz de ser tu hija amada. Amén.
Te pedimos Padre la gracia, el amor y toda tu sabiduría para poder reconocerte y encontrarte en el que sufre, en el que llora, en el que tiene hambre y sed de justicia, para que así lleguemos a experimentar el gozo de hacer Tu voluntad, amen.
Señor, ayúdeme a ser como los tocayos, Juan el Bautista y Juan de la Cruz, preparándote el camino, y dejando que tu amor entre en mi corazón al recibir al niño Jesús en
la fiesta de Navidad. Amen.
Por último debemos leer este evangelio en clave escatológica, estamos en el tiempo de adviento, por lo tanto estamos esperando esa venida definitiva del Señor. El tiempo de la Iglesia es el tiempo de la espera, tiempo de fiesta, por eso debemos estar siempre preparados, no con los brazos cruzados sino cargando el yugo que el Señor nos propone, el yugo del amor a Dios y al prójimo como a uno mismo.
En esta fecha tan especial, pidamos a nuestro Padre Dios, por intercesión de Nuestra Señora de Guadalupe, que nos ayude lograr una preparación profunda en este tiempo de Adviento para que nos permita recibir en nuestras vidas al Hijo de nuestra santísima Madre la Virgen María de Guadalupe, el Salvador del mundo. Amén.
GRACIAS OH PADRE CELESTIAL POR ENVIAR A TU HIJO PARA SALVARNOS Y DARNOS VIDA. GUÍANOS SEÑOR CON TU ESPÍRITU PARA AMAR Y PERDONAR COMO COMO TÚ LO HACES. GRACIAS POR DARNOS LA FELICIDAD VERDADERA. AMEN.
Señor, tu que tienes mucha paciencia con nosotros y que no quieres que nadie perezca, sino que todos se arrepientan, ayúdanos a pensar con cuánta santidad y entrega debemos vivir esperando y apresurando el advenimiento del día del Señor, poniendo todo nuestro empeño en que ese día del Señor nos halle en paz con él, sin mancha ni reproche… Amén.
“La cosecha es abundante y los trabajadores son pocos. Rueguen, pues, al dueño de la mies a que envíe trabajadores a sus campos” (Mateo 9, 36-38)
María es nuestra madre que siempre preocupa por nuestro bien espiritual le pedimos que nos ayuda con sus oraciones para que no caigamos en los pecados y aprendemos de ella; de su humildad, honestidad, obediencia, y su entrega a la voluntad del Padre. Pedimos a Dios que nos ayuda a seguir el ejemplo de María Haga en mí su palabra… Amen
Que Dios nos conceda, la gracia de saber escuchar su Palabra y de ponerla en práctica.
Señor de los milagros, gracias por quitar el velo de mi sordera y ceguera, por darle vida a mi huesos y me pueda mover, gracias darme la esperanza de la salvación con tu llegada. Amen
al Señor para que permanezcamos humildes, dando testimonio de una autentica vida cristiana, sin intenciones de que seamos vistos como un ejemplo a seguir o de ver a los demás por debajo de nosotros, solo con verdaderas intenciones de seguir sus pasos atendiendo el llamado que se nos hace en el bautismo de tratar de ser, como él, sacerdotes, profetas y reyes.
Padre Celestial ayúdanos a siempre tener una fe tan grande como la del Centurión. saber entregarte todo el control de nuestras vidas, por más difícil que sea la situación. JESUS EN TI CONFIO.
Hay un momento dentro de la Eucaristía que tal vez pasamos por alto, justo después de la consagración que el sacerdote dice: “este es el misterio de nuestra fe” al final de nuestra respuesta nosotros añadimos “Ven Señor Jesús” en cada Eucaristía nosotros proclamamos que estamos preparados para la venida de Jesus para ir al encuentro pleno de su presencia, entre más amemos más estaremos preparados para proclamar la venida del Señor en cada Eucaristía.
Vamos a pedirle al Señor que esté pendiente, porque somos vigilados también desde lo alto, vamos a pedirle al Señor como en el padrenuestro que nos enseñó, que no nos deje caer en tentaciones, que nos ayude a cambiar, que nos ilumine para ir saliendo de este mundo – vivir en este mundo pero salirnos de él – pedimos le al Señor esta gracia. Para que todos podamos orar por todas las comunidades, orar por nosotros mismos, orar por nuestros familiares. Pidámosle al Señor que Él nos da toda su gracia.
Padre de misericordia, que tu promesa de nuestra salvación en tu Hijo Jesucristo nuestro Señor, nos mantenga fuertes y firmes hasta el final, resistiendo la opresión del enemigo. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Padre, por favor ayúdame a ser como Andrés, listo para dejar todo cuando me llamas, déjame oír tu voz. Amén.
Padre de misericordia, no permitas que les persecuciones de este mundo nos dominen y nos envuelvan. Ayúdanos a recordar que Tú nos acompañas siempre en nuestra jornada diaria, y que estarás con nosotros siempre hasta el fin del tiempo. Amén.
"Cuídense de que nadie los engañe, porque muchos vendrán usurpando mi nombre y dirán: 'Yo soy el Mesías. El tiempo ha llegado'. Pero no les hagan caso. Cuando oigan hablar de guerras y revoluciones, que no los domine el pánico, porque eso tiene que acontecer, pero todavía no es el fin" (Lc 21, 8-9).
Dios todopoderoso, y Rey del universo, gracias por la paciencia y misericordia hacia está tu creación, concede que cada uno de nosotros pueda escuchar con atención tus mensajes de conversión, ilumina nuestro interior con tu perdurable luz para ver en las obscuridades de nuestro ser. Te lo pedimos en nombre de Jesús tu Hijo, nuestro rey y Salvador. Amen
Este es el mensaje que nos deja el evangelio de hoy, buscar la realeza de Jesús donde él nos la mostró – tuve hambre y me diste de comer, lo que hiciste con uno de estos desfavorecidos a mi me lo hiciste – es ahí de donde viene nuestra grandeza, recordémoslo.
Oremos para que el Señor Jesucristo nos de la capacidad de mantenernos firmes en nuestra esperanza de alcanzar una vida de Gracia, Paz y Felicidad en la casa de nuestro Padre Dios. Amén.
Señor para que nos ayude a ser cada día más conscientes de que nuestra fe y nuestras creencias no deben de ser usadas como un medio para obtener beneficios; oremos también para entender que la oración es una forma de estar más cerca de Él y no una forma para que Él nos saque de problemas, para agradecerle por todo, los grandes regalos que día a día nos da y que se expresan en pequeños detalles, como el hecho de poder respirar. Amén.
Aprendamos, pues, como dice Jesús, a ser como Él mansos y humildes de corazón, constructores de la paz, sembradores de concordia y amor. Amen.