Hoy Jesús está seguro de venir a nosotros. ¿Estarán nuestras mentes, ojos y corazones abiertos a su venida? Él vendrá; sin embargo, tenemos que estar atentos y despiertos hasta su venida definitiva,
Que el Señor Jesús Resucitado nos ilumine y nos guie para que nuestra confianza en Él sea total y comprometida a trabajar por su Reino.
Señor Dios, te damos gracias por la vida y por tu amor y por el gozo que está por venir para todos nosotros, el cual nos hará olvidar todas las penas y tristezas de este mundo. Te damos gracias también por todas las madres del mundo y por su gran labor, te pedimos especialmente por las madres que han partido de nuestra presencia y se encuentran ya gozando contigo en el cielo. Todo esto te lo pedimos en el nombre poderoso de Jesús. Amen.
La gloria del Señor sobrepasa cielo y tierra. Aleluya.
Roguemosle al Senor que nos conceda la gracia de profesar la fe no solo por palabra sino por nuestra vida: en amor de Dios y amor a los projimos. Amen.
Dios Padre nuestro, al resucitar a Cristo tú Hijo, venciste el poder de la muerte y abriste para nosotros el camino a la vida eterna. Permite que la celebración de este día, obtenga para nosotros la renovación de nuestras vidas en el Espíritu Santo que habita en nosotros. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
Señor, bendíganos para que reconozcamos la presencia de tu Espíritu en todas las culturas, y en todas la personas, y ayúdenos a permanecer un tu amor en unión con tu Hijo y con el Espíritu Santo.
Gracias Amadísimo Señor Jesus, porque por medio de tu Espíritu Santo nos haces sentir tu Amor y Protección. Guíanos hacia ti, cada día más Amadísimo Señor y danos tu Amor y tu Gracia. Amen.
"Éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos.” (Jn 15,12).
Mi buen Jesús, gracias por recalcar que Tu eres el Camino, la Verdad y la Vida; por tu medio llegamos al Padre, por tu Cuerpo y Sangre te vivimos, por tu palabra te conocemos, por tus obras en nosotros nos convertimos y en ello nuestra fe seguimos. Amen
Hermanos y hermanas, les invito a terminar esta reflexión con una pequeña oración: Señor Jesús, tú que viniste al mundo para reconciliarnos con Dios y unirnos de nuevo al Cielo, por tu pasión, muerte y resurrección, enséñanos a permanecer siempre en ti, que eres la Vid Verdadera de Amor, para que podamos dar siempre testimonio de tu salvación y gloria, en nuestros matrimonios, a nuestros hijos, a nuestros vecinos y a todo el mundo, a través de frutos abundantes de amor. No nos permitas que nos apartemos de ti. Gracias. Amén.
Señor, mi corazón está hecho para vivir en paz y Tú eres la única, autentica, abundante y gratuita fuente de paz. Nada, ni el mundo, ni los problemas pueden arrebatármela. Lléname de tu paz para poder difundirla a los demás. AMEN
Y ustedes hermanos la gran esperanza que tenemos en el presente y en el futuro es nuestro Señor Jesucristo que nos ama tanto, que nos llama día a día para estar en su servicio. Ven Santo Espíritu creador de vida, ilumina nuestros corazones porque tu eres la fuente de salvación.
Seguro que Jesús sabía que sus discípulos y todas otras personas cuales creyeron en él, no siempre va ser fácil. También los discípulos saben como abandonaron a Jesús en la hora de su muerte, tenían miedo, eran asustados. Pero con la unión con Jesús el miedo se convierte en el amor y testimonio de la fe. Por este Amor a los enemigos como nos ensaña Jesús, muchos se convirtieron a cristianismo.
Señor, te pedimos que podamos ver tu rostro, a través de la oración. Que al buscar y volvernos a encontrar con tu hijo Jesucristo, podamos también conocerte más a ti. Te pedimos la gracia de su espíritu santo nos guie y no ensene que la vida solo tienen sentido contigo. Tú nos dijiste que harías cualquier cosa que pidiéramos en tu nombre, por eso hoy te pedimos tan sólo que aumentes nuestra fe para que, creyendo más en ti, podamos confiar más en ti y, así, podamos amarte más. Amén.
Jesucristo Es El Rey De Las Naciones. Aleluya.
Jesús, te pedimos nos ayudes a recibirte en nuestros corazones y a ser humildes como tú lo eres. Amen.
Que Dios les bendiga, que Espíritu Santo ilumine a cada una de ustedes y muchas bendiciones, muchas gracias en la vida de ustedes, un abrazo.
Señor Jesucristo, gracias infinitas te damos porque tu Amor Incondicional se extiende a nosotros para llevarlo a los demás. Ayúdanos Señor, a compartir tu Amor y que seas Tú el que viva en nosotros y no el egoísmo que mata. Amen.
O Jesús, tu eres mi vida. En ti encuentro verdes praderas y agua que da vida. Ayúdeme a poner atención a tu voz y saber discernir en el Espíritu Santo mi vocación. Y mande muchos obreros nuevos a la mies para hacer la cosecha para tu Reino, tu que eres nuestro Buen Pastor y que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amen.
Las ovejas distinguen bien entre la voz de su pastor y la voz de los extraños. “Oír la voz” equivale a obedecer, y “seguir” es imitar a la persona a quien se sigue, o vivir como ella.
Señor, te damos gracias por la victoria de Cristo sobre el Pecado y la muerte. Concédenos que, confiados en la fuerza de su Espíritu, también nosotros en nuestras comunidades parroquiales y en nuestros ministerios mostremos con nuestras obras el poder de la resurrección. Amén.
Te pedimos por todas las comunidades para que saquen adelante a todos esto proyectos que tiene, te pedimos por nuestros países, por Colombia, por América Latina para que tu veas en nuestro continente un pie para seguir caminando a tu lado. Amén.
Jesús, me doy cuenta que el ideal de cumplir siempre tu voluntad no es fácil, porque El orgullo, la pereza espiritual o el miedo son obstáculos que necesito vencer, pero frecuentemente olvido que sólo tu gracia podrá lograr esa transformación de mi egoísmo y soberbia en amor a Ti y a los demás. Nunca permitas que me aparte de la fuente de esa gracia: Tu Eucaristía. AMEN
Jesús, me doy cuenta que el ideal de cumplir siempre tu voluntad no es fácil, porque El orgullo, la pereza espiritual o el miedo son obstáculos que necesito vencer, pero frecuentemente olvido que sólo tu gracia podrá lograr esa transformación de mi egoísmo y soberbia en amor a Ti y a los demás. Nunca permitas que me aparte de la fuente de esa gracia: Tu Eucaristía. AMEN
En nuestros tiempos, debemos preguntarnos como vivimos esa fe en nuestro Señor Jesús, si representa para nosotros un sentir y vivir un cambio a recibir su cuerpo y su sangre en la Eucaristía.