Entonces por que no empezar a corregirnos, a examinarnos, a mirar hacia nuestros adentros. Pedimos en el Padre Nuestro, cada que lo rezamos, cada que oramos – Padre perdonas nuestras ofensas – pero nunca le pedimos a nuestro Señor que nos de la capacidad de perdonar como Él nos perdona. Vamos a pedirle al Señor que ilumine nuestras mentes, nuestros sentidos, que abra nuestro corazón al amor, para podernos comprender con los demás. Amén, que pasen un feliz día.