Pidamos al Señor la gracia de identificar quién es un hombre de Dios, quién es un profeta y cuando lo identifiquemos y ese hombre de parte de Dios nos hable que no queramos matarlo, que no queramos eliminarlo de nuestra vida, ya que la Palabra de Dios, es decir la acción de Dios en nuestra vida hay que acogerla de forma integral.