Amado Padre Celestial! Ilumina nuestros días con Tu Presencia. Que Tu Luz sea siempre el faro que nos guíe y nos lleve a vivir vidas de santidad, donde cada acción que tomemos, cada palabra que pronunciemos, sea para acercar a algún hermano - y a nosotros mismos - a Tu Reino Eterno. Tuyos somos... y tuyos queremos ser. Amén.