Señor Jesús, aquí, en medio de tanta desolación, incertidumbre, sentimientos encontrados y ansiedad, guíanos para encontrarte a Ti en nosotros mismos y en todos aquellos que están sufriendo, tanto espiritual como corporalmente. Guíanos y haznos arcilla suave en Tus Manos Preciosas para que podamos ser dóciles y servir de la manera que Tú deseas que sirvamos.