Queridos hermanos, preparemos nuestras vidas en este mundo para resucitar luego en la vida eterna espritual. Aprovechemos cada segundo que se nos regala ahora para acercarnos más a Dios, a Nuestro Amado Creador. Aprovechemos el día de hoy para llevar alegría a la casa de un amigo, escuchar las historias de vida de algún anciano, darle una caricia a nuestros hijos, decirle un “te amo” a nuestro esposo o esposa, detenernos a escuchar el sonido hermoso de la naturaleza, abrazar a nuestros padres… en nuestros días encontraremos MUCHÍSIMAS oportunidades de hacer acciones que nos llenarán de felicidad en esta vida, y que nos den la esperanza de llegar algún día a compartir nuestra eternidad con Cristo Resucitado! –Señor, tuyos somos y tuyos queremos ser. Amén-