Señor, gracias por la invitación que nos haces al Banquete de las Bodas de tu Hijo en la realización de tu Reino. No permitas que seamos necios y rechacemos esta gran invitación. Al contrario, ayúdanos a llevar a tu pueblo este mensaje de esperanza que enjuga las lágrimas de los que sufren y destruye el mal de la muerte, en y por Cristo Jesús, por siempre. Amén.