Señor, Tú me has confiado el llevar acabo tu misión aquí en la tierra. Me has llamado a ser un discípulo misionero y a ser sembrador de paz. Enséname a darte siempre el primer lugar en mi vida y a servirte con alegra. Ayúdame a reflejar el rostro de Cristo con mi manera de vivir para que mi vida sea testimonio vivo y autentico de que tú has resucitado. Amen.