O Dios, tú eres el Dios de la Vida. Tú quieres a todos nosotros tus hijos y deseas que vivamos con dignidad, con libertad, y con la alegría de la vida. Danos la fortaleza de resistir a las injusticias de nuestro día, a las nuevas formas de esclavitud, de la opresión económica, las separaciones de familias y las causas de migración, de hambre y de guerra. Y como el Padre Rother y el Profeta Jeremías infunde en nosotros la valentía de perseverar hasta lo último en anunciar constantemente tu justicia y tu amor. Amen.