Mis hermanos y hermanas, terminemos con una pequeña oración: Señor Jesús, ven a nuestro encuentro y permítenos escuchar tu voz, tu palabra y ponerla en práctica. Que todo lo que hagamos sea para la mayor gloria de Dios con un corazón sincero. Te lo pedimos por la intercesión de la Inmaculada Virgen María. Amén.