Señor Jesucristo, para salvarnos. Y sabemos que vendrá de nuevo a compartir la alegría eterna con quienes confiamos en él a través de nuestras fe y obras. Te pedimos que aumentes nuestra fe para que el miedo nunca nos permita dudar en tu poder y gloria, sino antes bien confiar en tu bondad, tu amor y tu justicia divina. Todo esto te lo pedimos por tu Hijo Jesucristo y por la intercesión de nuestra señora, María de Guadalupe. Amén.