Todo Poderoso y sempiterno Dios, ayúdanos a tener una confianza firme y plena en tu respuesta a nuestras necesidades, tal y como la tuvo San Antonio de Padua, y permítenos saber que aunque para nosotros tarde tu respuesta, está siempre llega en el momento propicio que tu Padre has designado desde el principio de la creación. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.