Quiero que cuando vengas a mi corazón en la próxima Navidad, lo encuentres
preparado, transformado; para ello me esforzaré por adquirir las virtudes humanas que más
necesito para ser un auténtico discípulo y misionero de tu amor. Quiero ser pequeño, humilde,
lleno del Espíritu Santo y transmitir el mensaje del Señor; el mensaje de amor, de paz, que
conduce al Reino de los Cielos, sabiendo que a pesar de mis debilidades, puedo tener la
voluntad y la fuerza para combatir y permanecer en el camino correcto. Señor quédate
conmigo y ayúdame a transitar por estos caminos de la vida que deseo llegar a tu Reino. Amén.