Dios todopoderoso que te hiciste presente en la concepción de Jesus y Juan Bautista, te pedimos que con el mismo poder y fuerza te hagas presente visitando nuestras vidas con la presencia de la Santísima Virgen Maria, quien con amor y obediencia se puso a tus pies, así entonces de igual manera nosotros los hacemos y recibimos tu sagrada visita, tal como Maria se apresuro a Visitar a su prima Isabel y ella la recibió, ahora hagamos una fiesta, dispongámonos a visitarte y recibirte con todo tu poder y gloria.. Amen
Dios te Habla con Oscar Iván Campo;
Ven Espíritu Santo a nuestras vidas y llénanos de ti. Amén.
O Dios mándenos obreros para la cosecha. Bendiga a los que están en la formación en nuestros seminarios y casas religiosas preparando para sus votos y las ordenes sagradas. Acepte nuestro ofrecimiento de ser tus promotores vocacionales como lo hicieron Priscila y Aquila con Apolo.
Cuando una mujer va a dar a luz, se angustia, porque le ha llegado la hora; pero una vez que ha dado a luz, ya no se acuerda de su angustia, por la alegría de haber traído un hombre al mundo. Así también ahora ustedes están tristes, pero yo los volveré a ver, se alegrará su corazón y nadie podrá quitarles su alegría. Aquel día no me preguntarán nada’’.
Señor Jesús, al reflexionar sobre mi vida, me doy cuenta de que ha habido tiempos de luces y tiempos de sombras. Te pido por todos los que hoy atraviesan la oscuridad, para que puedan tener esperanza por las promesas de Jesús. Te pido también por todos los que disfrutan de la alegría, para que puedan dar gracias por las bendiciones de Dios. Amén.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Aún tengo muchas cosas que decirles, pero todavía no las pueden comprender. Pero cuando venga el Espíritu de la verdad, él los irá guiando hasta la verdad plena, porque no hablará por su cuenta, sino que dirá lo que haya oído y les anunciará las cosas que van a suceder. Él me glorificará, porque primero recibirá de mí lo que les vaya comunicando. Todo lo que tiene el Padre es mío. Por eso he dicho que tomará de lo mío y se lo comunicará a ustedes”.
que el Señor nos regale ese espíritu, que lo podamos vivir de la mejor manera en esta gran fiesta de Pentecostés que se acerca.
Dios Padre nuestro, al resucitar a Cristo tú Hijo, venciste el poder de la muerte y abriste para nosotros el camino a la vida eterna. Permite que la celebración de este día, obtenga para nosotros la renovación de nuestras vidas en el Espíritu Santo que habita en nosotros. Por Cristo nuestro Señor. Amén.
La paz les dejo, mi paz les doy. No se la doy como la da el mundo. No pierdan la paz ni se acobarden. Me han oído decir: ‘Me voy, pero volveré a su lado’. Si me amaran, se alegrarían de que me vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Se lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, crean”.
Pedimos a Dios en este momento de prueba especialmente por este desastre natural de virus corona que han matado miles de personas, paraqué Dios nos ayuda a tener una fe más fuerte a Dios, confía en su poder. Pedimos paraqué Dios inspira a los médicos, científicos a encontrar los medicamentos más adecuada para combatir este virus, paraqué así toda la humanidad vuelva a vivir en paz, harmonía y amor fraterno sin odio ni sentirse perseguidos por alguien por los siglos de los siglos…. Amen
“"Éste es mi mandamiento: que se amen los unos a los otros como yo los he amado. Nadie tiene amor más grande a sus amigos que el que da la vida por ellos.” (Jn 15,12).
“Permanezcan en mi amor, si cumplen mis mandamientos permanecen en mi amor”. Y el mandamiento de Jesús es precisamente eso: “Amor a los demás y no opresión a los demás.
Hagamos todo lo posible para que Jesús actúe en nuestra vida, pensemos en el en cada momento. Porque Jesús, nunca se olvida de nosotros. Amen
hermanos y hermanas, juntos en familia en comunidad o en nuestra propia intimidad, demos gracias a nuestro Señor Jesucristo porque nos da la paz, pidámosle ahora que nos ilumine, nos conduzca y nos llene de completa paz, y con un corazón fuerte y convencido roguemos a Dios para que por medio de su Hijo Jesus prevalezca la Paz en tu pueblo amado. Amen
Pidámosle al Señor que nos ayude a ser testimonio, que nos ayude a tener ese espíritu en nosotros y nos ayude ante todo a ser conscientes del valor de la vida que tiene nuestro hermano.
Pedimos al Señor para que, Dios nos bendiga, nos fortalezca, nos dé el amor para seguir a él. Recordamos siempre que el amor de Dios es más fuerte que tu fracaso, amén.
Te rogamos pues Señor Jesús que, por tu tanto amor, mantenga vivo el fuego del Espíritu Santo en nuestras vidas, para que nuestra mirada permanezca fija en ese lugar que con tanto amor nos has preparado. Amén.
¿Hasta dónde nos transforma y nos implica la resurrección del Señor en la proclama de su salvación para todos los hombres?
¿Qué significa en nuestras realidades que Jesús ha resucitado y nos participa de una nueva vida?
“Dios nuestro, vida de los creyentes, gloria de los humildes, felicidad de los justos, escucha nuestras suplicas y sacia, con la abundancia de tus dones, la sed de quienes esperamos en tus promesas. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.
Señor Jesús, tú nos conoces tal y como somos; te pedimos nos ayudes a escuchar tu llamado cuando la tentación a lo vano nos acose, cuando la desobediencia haga estragos en nosotros y lo atractivo de lo mundano empiece a alejarnos de ti. Gracias por tus bondades al reconocernos que somos de tu rebaño. Con toda la fe y esperanza queremos merecer ser contados como tuyos. Amén.
O Jesús, tu eres mi vida. En ti encuentro verdes praderas y agua que da vida. Ayúdeme a poner atención a tu voz y saber discernir en el Espíritu Santo mi vocación. Y mande muchos obreros nuevos a la mies para hacer la cosecha para tu Reino, tu que eres nuestro Buen Pastor y que vives y reinas por los siglos de los siglos. Amen.
Vamos a pedirle al Señor con un corazón lleno de esperanza que podamos escuchar su voz, que podamos seguir esa voz del gran Pastor y así no perecer.
Señor, te damos gracias por la victoria de Cristo sobre el Pecado y la muerte. Concédenos que, confiados en la fuerza de su Espíritu, también nosotros en nuestras comunidades parroquiales y en nuestros ministerios mostremos con nuestras obras el poder de la resurrección. Amén.
Jesús, amigo de mi alma, ayúdame a entender este gran misterio de poder comer tu cuerpo y beber tu sangre y también para que sienta la necesidad de tu compañía y que cuando te reciba en la sagrada comunión seas tú el que vivas en mí, que no reine la oscuridad de mi vida solitaria y triste. Amén.