Entonces lo llevó a Jerusalén, lo puso en la parte más alta del templo y le dijo: “Si eres el Hijo de Dios, arrójate desde aquí, porque está escrito: Los ángeles del Señor tienen órdenes de cuidarte y de sostenerte en sus manos, para que tus pies no tropiecen con las piedras”. Pero Jesús le respondió: “También está escrito: No tentarás al Señor, tu Dios”.
Pidámosle a Dios que nos ayude a tratar a todos como gente de bien, gente de amor, como los hijos de Dios que todos somos y asimismo ayudar a superar todas esas inequidades que por nuestros prejuicios causamos a los demás.
“Denuncia a mi pueblo sus delitos, a la casa de Jacob sus pecados. Me buscan día a día y quieren conocer mi voluntad, como si fuera un pueblo que practicara la justicia y respetara los juicios de Dios.” (Is 58,2-3).
Te agradezco, Jesus, que me recuerdes que el único camino para alcanzar la santidad es la cruz. permítenos cargar nuestra cruz, con convicción, y, sobre todo, con gran amor, pues sabemos bien que lo que sucede en nuestra vida es una muestra amorosa de tu singular predilección. Amen.
Jesús tampoco quiere que la gente nos vea tristes, enfermos, porque ayuno, también es del corazón; debemos hacer una ofrenda espiritual, porque el ayuno refiere a la parte espiritual nuestra.
Padre bueno, ayudanos a darnos cuenta que mientras tengamos tu aliento de vida siempre estamos a tiempo para revisar nuestra vida y acercarnos más a ti. Danos la gracia de que por medio de la oración y de los sacramentos nos convirtamos en los discípulos que tu buscas, y ver también cuál es nuestra respuesta a esta llamada.