Padre nuestro y lleno de bondad, te damos gracias por el don de tu Hijo que nació para salvarnos. Enséñanos, guiados por el Espíritu de Santo, a ser guías santos que llevan a todos a tu Hijo Jesús, con nuestra fe, nuestras obras y nuestra alegría. Amén.
Amado Padre, guíanos por el camino correcto, por el camino que deberíamos seguir para poder disfrutar algún día de la gracia de estar en Tu presencia. Tuyos somos… y tuyos queremos ser. Amén.
Los confines de la tierra han contemplado
la victoria de nuestro Dios.
Señor Dios, que te dignaste instruir a tu Iglesia con la vida y doctrina de san Basilio Magno y San Gregorio Nacianceno, haz que busquemos con humildad tu verdad salvadora y que vivamos fielmente en el amor del que siendo Dios tomó nuestra condición. Que durante este año amemos la santidad dando testimonio de tu presencia entre nosotros. Amén.
Pidámosle al Señor por intersección de la Santísima virgen María que, así como guardaba cada una de esas cosas en su corazón, nos guardé a cada uno de nosotros, ante todo cuando tenemos tropiezos en nuestras vidas.