preséntale al señor esos momentos difíciles, que esa sea nuestra oración del día de hoy, presentarle al señor los frutos de la alegría, de nuestra vida, pero también esos frutos que a veces cuestan las dificultades, los problemas, pero que nos ayudan a levantarnos y a estar cada vez más convencidos de hacer en nuestra vida la voluntad de Dios.