Tú eres Señor, Poderoso y Soberano, no permitas que nosotros nos creamos absolutos y poderosos al punto de ignorarte y oprimir a los demás. Haznos ver que la meta es el Reino de Dios y su Justicia y que debemos ganarlo en el servicio y la compasión. Amén.
Entonces oí en el cielo una voz poderosa, que decía: “Ha sonado la hora de la victoria de nuestro Dios, de su dominio y de su reinado, y del poder de su Mesías”.
Jesús dijo a sus discípulos:
"He venido a prender fuego a la tierra,
¡y cómo me gustaría que ya estuviera ardiendo!
Hay un bautismo con el cual debo ser bautizado,
y ¡cuán grande es mi angustia hasta que se cumpla!
¿Pensáis que he venido a establecer la paz en la tierra?
No, te digo, sino más bien división.
De ahora en adelante una casa de cinco estará dividida,
tres contra dos y dos contra tres;
un padre estará dividido contra su hijo
y un hijo contra su padre,
una madre contra su hija
y una hija contra su madre,
una suegra contra su nuera
y una nuera contra su suegra".
Pedimos a Dios que envié su espíritu Santo y a ayude a estas
parejas que viven esta situación vuelvan a encontrar el amor de Dios en su
vida matrimonial…… Amen
Vamos a pedirle al Señor por todas las familias y por todas las parejas especialmente aquellas que sientan que el amor se acaba, que sientan que están pasando por dificultades para que se acuerden de ello, yo me decidí por ti a pesar de las dificultades.
Al ver lo ocurrido, sus compañeros se llenaron de indignación y fueron a contarle al rey lo sucedido. Entonces el señor lo llamó y le dijo: ‘Siervo malvado. Te perdoné toda aquella deuda porque me lo suplicaste. ¿No debías tú también haber tenido compasión de tu compañero, como yo tuve compasión de ti?’ Y el señor, encolerizado, lo entregó a los verdugos para que no lo soltaran hasta que pagara lo que debía.
Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes si cada cual no perdona de corazón a su hermano’’.
Cuando Jesús terminó de hablar, salió de Galilea y fue a la región de Judea que queda al otro lado del Jordán.
Pues lo mismo hará mi Padre celestial con ustedes si cada cual no perdona de corazón a su hermano’’.
En aquel tiempo, Jesús dijo a sus discípulos: “Yo les aseguro que si el grano de trigo sembrado en la tierra no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto. El que se ama a sí mismo, se pierde; el que se aborrece a sí mismo en este mundo, se asegura para la vida eterna.
El que quiera servirme que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor. El que me sirve será honrado por mi Padre’’.
Pidámosle al Señor nos ayude a tener un espíritu de niños, para no guardar rencor en nuestro corazón, para ser felices a pesar de todas las circunstancias que estén ocurriendo, pero ante todo, para siempre estar bajo la protección de Él
“Jesús, Señor mío, tu nos dices en tu Palabra que tu delicia es estar con los humanos, ayúdame con tu gracia y la guía de tu Espíritu Santo a que mi delicia sea siempre pasar tiempo de calidad contigo y experimentar la grandeza de tu Amor por mí”. Amén.
Quisiera en este día bendecir al Dios de la vida y pedirle que nos siga acompañando en esta gran tarea que tenemos. Uno para acumular tesoros sirviendo, amando y el otro para estar preparado con el padre, Dios, el universo.
Que la palabra de los profetas, Señor sean lámparas que iluminen la oscuridad de nuestro mundo. Ayúdanos a escuchar a tu Hijo Amado para que en Él tengamos la Vida que llena de esperanza a todos los que padecen y sufren sin entender por qué. Amén.
“Tu gracia, Señor, inspire nuestras acciones, las sostenga y acompañe, para que todo nuestro trabajo brote de ti, como una fuente, y a ti tienda, como a su fin. Por nuestro Señor Jesucristo tu Hijo. Amén.
San Juan María Vianney, ¡cuánta confianza tenía la gente en tus oraciones! No podías
abandonar tu vieja rectoría o tu humilde iglesia sin verte rodeado por almas implorantes, que
recurrían a ti al igual que hicieron al mismo Jesús durante su vida terrenal. Y tú, oh buen santo,
les dabas esperanza con tus palabras que estaban llenas de amor para Dios. Tú, que siempre
confiabas enteramente en el corazón de Dios, obtén para nosotros una confianza filial y
profunda en su Providencia. Así como la esperanza de bienes divinos, llena nuestros corazones,
danos valor y ayúdanos a obedecer siempre los mandamientos de Dios. Amén.
“¡Señor, ayúdame!” El le respondió: “No está bien quitarles el pan a los hijos para echárselo a los perritos”. Pero ella replicó: “Es cierto, Señor; pero también los perritos se comen las migajas que caen de la mesa de sus amos”. Entonces Jesús le respondió: “Mujer, ¡qué grande es tu fe! Que se cumpla lo que deseas”. Y en aquel mismo instante quedó curada su hija.
Oremos: Señor Jesús, te pido que no caiga en una observancia de las cosas externas y olvide tu llamado a la plenitud, a la integridad. Le pido a Dios que mire mi vida y me ayude a no remendar las cosas, sino a estar listo, lista y para ser un hombre nuevo, una mujer nueva. Amén.
Oremos: “Señor, danos la luz para no engañarnos y para no engañar. Danos tu misericordia para nuestros propios pecados, y ayúdanos a ser misericordiosos con los demás y no engañarlos, aunque quieran ser engañados diciéndoles que el mal que hacen es bien. Amén.
Necio, esta noche te exigirán la vida;
y las cosas que has preparado, ¿de quién serán?
Así será para todos los que atesoran tesoros para sí mismos
pero no son ricos en lo que es importante para Dios.”
Pidámosle al Señor nos ayude a tener esa voz siempre presente en nuestra conciencia y aunque a veces nos parezca fuerte y dura, sepamos que la voluntad de Dios nos llevó a hacer cada vez personas más felices.
Marta declaró: “Sí, Señor, yo creo que Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, el que tenía que venir al mundo”. Esta confesión es el mensaje fundamental de todo el encuentro. Santa Marta es patrona de cocineras, sirvientas, amas de casa, hoteleros, casas de huéspedes, lavanderas, de las hermanas de la caridad, del hogar. Como Marta, la hermana de Lázaro, también nosotros renovemos hoy nuestra fe en Jesús y nuestra amistad con él. La vida divina puede transformar nuestra existencia en don de amor a Dios y a nuestros hermanos.
“Sí”. Entonces él les dijo: “Por eso, todo escriba instruido en las cosas del Reino de los cielos es semejante al padre de familia, que va sacando de su tesoro cosas nuevas y cosas antiguas”.
Y cuando acabó de decir estas parábolas, Jesús se marchó de allí.
Padre mío, diariamente te doy gracias por el gran regalo que nos has dado, tu hijo, Nuestro Señor Jesús. No hay tesoro en la tierra más grande que el Cuerpo y la Sangre de Nuestra perla de gran Precio, Jesús, nuestro Rey, Nuestro Salvador. Amén.
Y así como recogen la cizaña y la queman en el fuego, así sucederá al fin del mundo: el Hijo del hombre enviará a sus ángeles para que arranquen de su Reino a todos los que inducen a otros al pecado y a todos los malvados, y los arrojen en el horno encendido. Allí será el llanto y la desesperación. Entonces los justos brillarán como el sol en el Reino de su Padre. El que tenga oídos, que oiga’’.
Dios por todas las cosas que nos ha dado nuestra familia, nuestro trabajo, nuestras cosas buenas de la vida, que estas cosas nos ayuden a acercarnos primero a Dios, luego a nuestros hermanos, bendigamos a Dios por los dones que nos ha dado y pídanle que nos dé un gran corazón para amar, servir y ser generosos con nuestro prójimo, que Dios nos bendiga, y buen día, queridos hermanos.
"Cuando oren, digan:
'Padre, santificado sea tu nombre,
venga tu Reino,
danos hoy nuestro pan de cada día
y perdona nuestras ofensas,
puesto que también nosotros perdonamos
a todo aquel que nos ofende,
y no nos dejes caer en tentación' ".