Perdónanos de nuestros pecados, maldades y crímenes, Señor. Concede el arrepentimiento y la conversión a todos, pero particularmente al criminal, al terrorista, al traficante, al que planea la guerra, al fabricante de armas, al abusivo, al arrogante, al opresor, al injusto… No te fijes en nuestros pecados y ayúdanos a volver a tu seno misericordioso. A ti que eres bueno sea nuestra alabanza, honra y temor por los siglos de los siglos. ¡Amén!